Gay: Zapateando por la fe
- Un joven gay, que baila frente a la iglesia, utiliza su arte para romper barreras y cuestionar los prejuicios de su comunidad.
Por: María José Guillén Moro
En la Catedral de Xalapa, es donde “Anahí” inicia su baile. Cuando el maquillaje se borra y el vestido se guarda, es Damián González un joven gay de 23 años que se gana la vida bailando en las calles para pagar su carrera de arquitectura.
Ama el folclor con la misma intensidad con la que ama a Dios, pero ser gay en un mundo que a menudo lo rechaza no ha sido fácil. Por eso, se caracteriza y baila frente a la iglesia, no lo hace solo por dinero, lo hace por fe.
Cada zapateado es una afirmación de que él también tiene un lugar bajo el cobijo del señor. Más de una vez, lo han expulsado de la parroquia, acusándolo de faltar al respeto, pero ella nunca se rinde. “Bailo aquí porque ama al todopoderoso, dijo.”
Frente a las críticas y los murmullos, ella da un giro más, un taconeo más fuerte, una risa más al cielo. El dinero que gana en las calles no solo le permite financiar sus estudios, sino que también su sueño de cambiar el mundo a través de su arte.
Sus bailes de Jalisco y Nuevo León están llenos de pasión, fuerza y orgullo, reflejando su lucha interna y su amor por la vida. “Anahi” baila por sí misma, por Damián y por todos aquellos que buscan ser escuchados.
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